Esta condición mortal es limitante, mis alas solo funcionan en planos sutiles, y la carne de mi cuerpo se quiere desprender de mis huesos para llegar hasta él.... y amarlo.
He intentado buscarte pero no sé donde estás, y mi condición humana me limita las horas de vuelo que puedo dedicarle, es una tortura saber que está allí y no poder hallarte, es un delirio, pensar en él y no saber si en ese instante piensa también en mi, o si aún me recuerdas, sin embargo recordar su aroma y revivir en mi piel su candor, cuando mis alas se despliegan y trato de llegar hasta él.. pero mi cuerpo está, en otra ubicación, que no lo alcanza, puede ser que esté en una dimensión desconocida.
Ondinas, Sílfides, Nereidas, Salamandras, Gnomos y Duendes de las inmediaciones en las que él está, escuchen mi ruego y confabulen con el universo para darme la oportunidad, de poder disfrutar de nuevo de toda la majestuosidad, que su compañía en mi cuerpo logra desatar, cuando en sus ropas de cielo me acompaña a volar... entregando ritmo a mi mundo y a mi corazón saciedad, porque siento que soy un ángel perdido si pasa mucho tiempo, sin que con la luz de sus ojos, venga a mis ojos alumbrar.
Porque mi fuego en sus aguas se calma, cuando en su cuerpo me deja entrar, mi boca en sus labios se calla, porque al besarlo no tengo nada que hablar, mi mente en sus manos es aire, que nutre de energía mi alma mortal, y energía espiritual sensible, siento del universo brotar, solo al estar junto a él, puedo ser feliz, ser agua de vida, energía de su alma materializada.
Y siempre amando con alma romántica ondulante, libre, independiente, navegante atrevida, que una infinidad emblemática retoma orgullosa, haciendo algo contra el retorico tiempo enemigo, estaré luchando, aunque muera orgullosamente rendida…
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